Una semana sí y otra también, aparece en
los medios alguna noticia haciendo referencia al cierre de restaurantes de
alta gastronomía por toda la geografía nacional en los últimos años. Uno de
los últimos en tener que asumir un cierre traumático ha sido el Sergi Arola
Gastro en Madrid, cerrado temporalmente tras el precinto de su bodega el
pasado 25 de junio por deudas con la Agencia Tributaria y con la Seguridad
Social.
Junto a éste, y desde el 2011 han ido
cerrando locales tan reconocidos culinariamente como El Bulli, El Chaflán,
Jockey, Can Fabes o Koldo Royo, lo que ha reabierto el debate
acerca de si la alta gastronomía es de verdad un negocio rentable. La reducción
drástica de clientes desde 2008 y los altos costes que generan este tipo de
cocinas, han concluido en que muchas de ellas han clausurados sus fogones para
siempre.
Sin embargo, existe una luz al final del
túnel para este sector, y es que los grandes cocineros españoles son en sí
mismos marcas personales de reconocido prestigio internacional. Los cocineros
ya no son famosos sólo por lo que hacen entre los fogones, o en las probetas y
los tubos de ensayo para los más creativos, si no que son capaces de
convertirse en gurús de la comunicación, la creatividad y los nuevos modelos de
negocio. La marca personal “Ferran Adriá” convierte en oro todo aquello que
toca, y es por ello, que Adrià se ha preocupado de tener perfectamente
protegida su marca, para poder explotarla directamente desde la atalaya de su
nueva Fundación, o para controlar el uso que de la misma se haga por terceros a
los que licencie su uso en casi cualquier sector de actividad. De hecho con su
marca tal como aparece registrada, podría publicar libros (algo que ya ha hecho
en varias ocasiones en la práctica), asociar su nombre a utensilios y menaje de
cocina, identificar con ella cualquier producto de alimentación o bebidas,
impartir formación e incluso sacar una línea de ropa con su nombre.
Lógicamente, el hecho de que tenga protegida su marca personal, no impide que
la marca de su ya desaparecido restaurante, “El Bulli” tenga también valor en
sí misma.
Siendo éste el caso más notorio, existen
otros cocineros que también siguen esa misma senda, ya que independientemente
de tener registradas las marcas de sus respectivos restaurantes, han visto en
la diversificación de actividades asociadas a su marca personal un futuro
económicamente más viable. Desde Arzak, con una protección de su marca muy
similar a la de Adrià, pasando por Martín Berasategui para quién es habitual
asociar su nombre al menaje y utensilios de cocina de calidad, o Quique Dacosta
que imparte formación a Directivos de manera habitual, hasta llegar a Karlos
Arguiñano y sus innumerables programas de televisión. Algunos de ellos, han
recurrido también a asociar su marca personal a locales de tapas o fast food de
calidad, como ocurrió con el fallido Fast Good de Adriá, el Vicool de Arola o
el Estado Puro de Paco Roncero.
Existe un factor que todavía no está
implantado en las cocinas pero sí empieza a estarlo en otros terrenos como el
deportivo. Es el caso de rentabilizar esa marca incluso después de retirado. Al
dejar las botas, varios jugadores siguen rentabilizando su carrera pasada como
es el caso de Ronaldo, imagen de PokerStars o la compañía telefónica Claro.
Muchos cocineros deben plantearse que las diferentes marcas personales o
sub-marcas comerciales pueden seguir generando beneficios después de apagar los
fogones.
Llama la atención que existe otro grupo de
irreductibles cocineros numantinos, todos ellos estrellas michelín, que aún dan
más importancia a sus cocinas y restaurantes que a su figura personal, y que
por ello se resisten a explotar sus marcas personales fuera de la promoción de
sus respectivos restaurantes. En esta tesitura se encuentran El Celler de Can
Roca de los Hermanos Roca y el Sant Pau de Carmen Ruscalleda.
El tiempo dará y quitará razones, o quizá
es que todas las fórmulas son compatibles y merece la pena que sean estudiadas.
Por
Nuria Marcos, PONS Patentes y Marcas/Javier Sanchez, PONS Deporte y
Entretenimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario