Una semana sí y otra también, aparece en
los medios alguna noticia haciendo referencia al cierre de restaurantes de
alta gastronomía por toda la geografía nacional en los últimos años. Uno de
los últimos en tener que asumir un cierre traumático ha sido el Sergi Arola
Gastro en Madrid, cerrado temporalmente tras el precinto de su bodega el
pasado 25 de junio por deudas con la Agencia Tributaria y con la Seguridad
Social.
Junto a éste, y desde el 2011 han ido
cerrando locales tan reconocidos culinariamente como El Bulli, El Chaflán,
Jockey, Can Fabes o Koldo Royo, lo que ha reabierto el debate
acerca de si la alta gastronomía es de verdad un negocio rentable. La reducción
drástica de clientes desde 2008 y los altos costes que generan este tipo de
cocinas, han concluido en que muchas de ellas han clausurados sus fogones para
siempre.