miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Puede tu marca morir de éxito?: ¿Cómo evitar la vulgarización de una marca?

La función principal y que debe caracterizar a todo marca es la de identificar el  producto o servicio con un origen o procedencia empresarial determinado. La marca actúa, por un lado, como elemento que ayuda a crear un mercado competitivo y de plena competencia entre las empresas que intervienen en él y entre éstas y sus relaciones con los consumidores y, por otro lado, se trata de un signo distintivo que defiende la transparencia en las relaciones comerciales evitando situaciones de engaño respecto del origen de los productos a través de la figura riesgo de confusión.

En este sentido, si analizamos la legislación española y comunitaria se define jurídicamente a una marca como todo signo susceptible de representación gráfica que sirva para distinguir en el mercado los productos o servicios de una empresa de los de otras. Así pues, observamos que, efectivamente, el concepto de “servir para distinguir” está presente en la definición, siendo un concepto que es inherente a la propia definición de marca. Sin capacidad de distinguir los productos o servicios de una empresa respecto de los de otra no hay marca.